No se le suele dar mucha importancia, pero es un elemento importante para el ciclista. Que sea cómodo de manipular, que quede bien ajustado en el portabidón, que salga un buen flujo de líquido con facilidad y que no pierda agua cerrado y te ponga perdido son cuestiones importantes. Pero aún más que no acumule bacterias, que el agua te sepa a charca, que en verano cuando estés al borde del golpe de calor lo sea como tomarse un consomé y que en invierno no te entre en la tripa como un puñetazo de Topuria.