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Las mejores bicis del mercado, no son las mejores bicis para ti.

28/02/2025

Aunque el titular es en si un buen spoiler y no anima al clickbait, tengo que soltártelo así, a bocajarro. Es hora de que entiendas y aceptes las bicis top de los catálogos de Colnago, Pinarello, o Specialized, son muy chulas, pero te harán perder rendimiento.

Cualquier conversación ciclista que se precie, suele incluir al menos una afirmación en la línea de que las marcas nos venden la moto y que hay mucho marketing. Evidentemente eso es así, pero son más las ganas de comprar, que ellos de engañarnos.

Cuando una marca como Specialized presume de tener la bici más ligera y rígida, u otras quizás como Pinarello, Canyon, o Colnago alardeen de tener los mejores datos de aerodinámica en el túnel del viento, no te estarán engañando.

¿Dónde está la trampa? Pues la trampa te la haces tú. Esos datos de laboratorio tienen como objetivo situar a la marca como la mejor y más puntera en algún parámetro que les permita destacarse y brindar la más mínima ventaja en el rendimiento que le puedan otorgar al ciclista para quien está diseñada: El ciclista profesional.

De trasladarse del laboratorio al mundo real esas pírricas ventajas, el ciclista profesional es el único que le puede sacar partido. Solo ellos pueden adoptar y sostener una postura sobre la bici que sería implantable para un amateur, al no tener una fisionomía con características innatas y trabajadas durante años para soportarlas.

La realidad nos muestra un escenario distinto para el ciclista amateur. Un mayor grado de confort a través de la postura más relajada sobre la bici que ofrecen las gamas inmediatamente inferiores en los catálogos de los fabricantes, reducirá la fatiga física y mental provocada por la incomodidad.

El modelo Roubaix de Specialized es tope de gama, pero con una orientación más relajada con una geometría adaptada a un ser humano.

Si nos vamos a otros conceptos como el peso, es otro elemento muy sobrevalorado. Su relevancia es menor respecto a la aerodinámica y sin recurrir a elementos intangibles como la sensación de inseguridad y falta de aplomo de una bici de 6kg, lo cierto es que salvo que peses 60kg como Vingegaard y tus salidas equivalgan a una etapa del tour con 5.000m de desnivel, los datos demuestran que la diferencia no es apreciable.

Un ejemplo práctico:

Para un ciclista de 75kg que realiza una salida de 100km con 1.500m de desnivel y a 28km/h de media con una bici de 7kg (que me ha parecido un ciclista razonablemente en forma), añadir 0.5kg de bici, o de componentes, supondría añadir un promedio de 0.76 vatios.

Esa ganancia la puedes obtener depilándote el pelo de la nariz.

No obstante, los amateurs apreciamos una bici ligera por esa aparentemente sensación de reactividad que ofrece, especialmente si esa ligereza viene de unas buenas ruedas rígidas. La ciencia nos dice que esto es un efecto placebo… Solo afecta a las primeras centésimas de segundo y una vez lanzada, serás igual de globero. Claro que ¿cuántas veces haces arrancadas al estilo Pogacar?

Por ir concluyendo y si me has acompañado en este arduo camino en el que tomas conciencia de que vivimos en un Matrix ciclista, quizás entiendas porque existe un auge – no exento de marketing y propiedades mágicas – que aboga por materiales alternativos como el titanio y el acero en la construcción de cuadros y geometrías adaptadas a las características del ciclista y no al revés. Tenemos multitud de fabricantes artesanales de un nivel extraordinario y puestos a comparar intangibles, no creo que sea comparable la fabricación industrial de un cuadro impersonal de carbono, con algo que requiere cientos de horas de dedicación, atención y mimo para que puedas disfrutarlo durante años.

Passoni Tinanio, modelo Cicloprato. Gravel con geometría de ruta y cubiertas de carretera